Se ha constituido una Comisión Organizativa para coordinar diversos actos en torno al legado artístico del constructor alcalaíno
El salón de plenos acogió en la tarde de ayer la constitución de la Comisión Organizativa de actos en torno a la figura de Manuel López Ramírez “La Morena“, con la presencia del alcalde y concejal de Patrimonio, Marino Aguilera; el edil de Cultura y Turismo, Juan Manuel Marchal; los técnicos de Patrimonio y de Cultura, Carlos Calvo y Francisco Toro; José Manuel y Nani Canovaca López, nietos del constructor; el cronista oficial de la ciudad, Domingo Murcia; y la Asociación de Arquitectos de la Sierra Sur de Jaén, representados por el arquitecto Juan Francisco Almazán. Dicha Comisión también cuenta con la presencia de Salvador Gallego Aranda, profesor de Historia del Arte de la Universidad de Granada.
La iniciativa parte del área de Patrimonio y pretende “reivindicar y rescatar del olvido a uno de los alcalaínos más destacados del siglo XX, autor de numerosos edificios singulares de Alcalá la Real y otras poblaciones de la provincia. “La Morena” fue un maestro de la arquitectura sin haber sido arquitecto y dejó plasmado su arte en multitud de inmuebles que caracterizan imágenes muy singulares de nuestra ciudad” defiende Marino Aguilera, quien considera que “existe una deuda pendiente con Manuel López Ramírez que nos gustaría saldar en esta legislatura a través del reconocimiento de su obra y figura”.
La Comisión Organizativa ha propuesto el desarrollo de varias actividades, como la identificación y catalogación de las construcciones realizadas por Manuel López Ramírez, tanto en Alcalá como en otras poblaciones. Por parte de la Asociación de Arquitectos de la Sierra Sur se hará la planimetría de sus edificios más destacados. Igualmente, se ha planteado celebrar unas jornadas sobre su obra y lanzar una publicación con las comunicaciones de dichas jornadas, incluyendo un catálogo y datos biográficos de Manuel López. La Comisión quiere asimismo organizar una ruta turística y patrimonial, identificando cada edificio con un pequeño azulejo y colocar una placa en la casa en la que vivió.
El Llanillo es testigo de parte del legado de “La Morena” donde se encuentran singulares edificios en esquina redondeada terminada generalmente en cúpula. Dejó también su sello en fachadas decoradas con coloridos azulejos y alcanzó fama diseñando escaleras de caracol. Su sello pervive en el mismo Paseo de los Álamos o el Palacete de la Hilandera, por citar sólo algunas de sus creaciones.