12 de junio del 2014
Desde la última quincena de abril el ayuntamiento de Alcalá está acometiendo la reforma viaria y renovación de servicios en el barrio de La Mota, concretamente, en las calles Placeta de la Trinidad y Cava. La intervención, desarrollada dentro de las actuaciones del Proyecto de Desarrollo Socioeconómico de la Zona Norte de Alcalá la Real II, ha propiciado el hallazgo de restos arqueológicos de interés que dan testimonio de poblamientos antiguos en Alcalá y proporcionan una valiosa información, relativa a la explotación humana del entorno.
El concejal de Urbanismo, Patrimonio y Obras, Juan Ángel Pérez, ha valorado “la importancia del hallazgo, cuya información supone un gran valor para el patrimonio alcalaíno y permite seguir estudiando y documentando la presencia de una ocaupación humana continuada en el enclave histórico y estratégico de Alcalá, ciudad milenaria, desde la época prehistórica”. Varias fosas de planta circular, que se conservaban bajo el relleno de preparación del antiguo pavimento, han salido a la luz durante las labores de remoción de tierras, desarrolladas en la calle Cava.
Tras el hallazgo, técnicos del Ayuntamiento mantuvieron una reunión con los técnicos de Cultura de la Delegación Provincial de Jaén, en la que se acordó la continuidad de los trabajos, es decir, la excavación de las fosas, con el fin de analizarlas con detalle para establecer su origen y funcionalidad. Los trabajos, efectuados en coordinación con los técnicos municipales, continuaron con objeto de definir pormenorizadamente la zona, acotando los restos en planta y procediendo a su balizamiento, documentación fotográfica y levantamiento topográfico.
Los materiales arqueológicos recuperados, tanto en los rellenos de las fosas como en su entorno inmediato, indican que nos encontraríamos ante restos de gran antigüedad, con una cronología relativa que abarcaría una horquilla temporal próxima a los momentos finales de la Edad del Cobre e inicios de la Edad de Bronce (2.200-1.800 a.C.). El material recuperado dentro del relleno de las fosas aparece muy fragmentado, por lo que resulta complicado establecer una adscripción cronológica clara, si bien es cierto que algunas piezas parecen indicarnos que estaríamos en un momento de finales del Calcolítico.
El estudio del resto de materiales exhumados, aún sin finalizar, parece indicar que este espacio fue parcialmente transitado durante un mayor período de tiempo. Entre las piezas arqueológicas recuperadas destacan un buen repertorio de recipientes cerámicos, parcialmente conservados, junto con varias lascas de sílex, restos de fauna y piezas líticas pulimentadas. Con respecto al contexto en el que se realizan estas estructuras, dado el reducido ámbito de actuación, no deben descartarse por completo usos como espacios funerario y cultural. Pese a todo, es más plausible la hipótesis de que se traten, a tenor de su sedimentación, de silos de almacenamiento, que posteriormente han sido colmatados.
Alcalá, ciudad milenaria
No es la primera vez que se ha podido documentar la presencia de pobladores del Neolítico final, la Edad del cobre y Bronce Pleno y Tardío. Basta recordar los importantes vestigios localizados tanto en el casco urbano como en los alrededores de Alcalá la Real, esto es, San Marcos, laderas de la Fortaleza de la Mota y en zonas como La Gineta o la Mesa. La ocupación humana en Alcalá la Real está atestiguada desde tiempos remotos, convirtiéndose ya desde la Prehistoria en un enclave de gran importancia estratégica. El cerro de la Mota y su entorno sirvió como zona de control de los pasos hacia el interior, convirtiéndose en privilegiado lugar de asentamiento.